La Cueva del Cañaveralejo se encuentra a 5 km del casco urbano de Adamuz, en dirección a Obejo. Se ubica en la margen derecha del arroyo del Cañaveralejo, al que debe su nombre. Actualmente es la única cueva visitable que ha sido habitada de la Sierra Morena Cordobesa.
El Territorio Cañaveralejo es un reducto de naturaleza mediterránea muy poco alterado por la acción del ser humano. Este hermoso paraje, enclavado en la Sierra Morena Cordobesa, oculta al visitante la visión de la entrada de la cueva desde el exterior, lo que genera un halo de misterio que nos invita a conocerla en silencio y con respeto.
La Cueva del Cañaveralejo es de origen kárstico y se originó gracias a los procesos disolutivos del agua sobre la roca caliza carbonífera, cuando el trazado del primitivo arroyo del Cañaveralejo discurría 10 metros por encima del cauce actual.
Actualmente, la Cueva del Cañaveralejo es hábitat de fauna cavernícola (decenas de murciélagos y arácnidos, entre otros) y otras especies como micromamíferos, pequeños carnívoros, aves o reptiles que la usan como refugio.
Según los últimos estudios arqueológicos, llevados a cabo por el Área de Prehistoria de la Universidad de Córdoba, la Cueva del Cañaveralejo se emplea como lugar de hábitat humano durante el Neolítico, la Edad del Cobre y la Edad del Bronce.
Posteriormente, la Cueva del Cañaveralejo ha sido reutilizada en ocupaciones fugaces, hacia el final de la Edad del Hierro. En estas investigaciones se han obtenido artefactos cerámicos de gran calidad, como una pequeña ollita de cuello corto y cuerpo globular con decoración que aporta una cronología del VI milenio a.n.e.
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Aunque la Cueva del Cañaveralejo es la más relevante y conocida de Adamuz, existen en el término municipal varias decenas más de cuevas en las que se puede practicar espeleología en Adamuz.
Continuando las labores que inició en 2011 el Grupo Espeleológico G40, desde 2019 el Grupo Espeleológico Kart-Oba (GEKO) realiza un estudio sistemático y minucioso de las cuevas existentes en las calizas de Adamuz. Estos trabajos han sido recopilados en el libro Cuevas de Córdoba. Volumen 1: Adamuz.